"Bienvenid@ seas Amig@. Te saludo. Espero que tu visita te lleve a lo que buscas y que se repita una y otra vez convirtiéndose en costumbre; que el Universo una nuestros Caminos y podamos disfrutar del regalo de Bosques y Ríos, Montañas y Glaciares, de nuestros hermanos de las familias del Aire, la Tierra y el Agua, de nuestros Arcos y Flechas... Que seamos uno más del Pueblo de las Gentes del Sueño, la Tribu sin fronteras que viaja por nuestra Madre Tierra con el corazón en la mano y una sonrisa de Paz en la mirada."


miércoles, 26 de junio de 2013

En el Campamento de Tipis


Una vez montado el sistema de Soft Archery, me quedé observando el campamento de Tipis desde la sombra del bosque. Empecé a darme cuenta de que lo que siempre había sido una especie de sueño, estaba a punto de convertirse en realidad. Tras comprobar que todo estaba en orden, incluida mi exposición itinerante de artesanía "indígena", me dirigí al campamento ubicado unos metros más allá para asistir al acto de inauguración. Después, serían mis Arcos Viajeros los que tomasen el relevo en los actos previstos en el 10º Aniversario de TipiWakan. Aunque parecía mentira, estaba en Gerona. A menos de 100Km de mi propia casa.


Fué un sabio anciano Lakota, James Robideau (Wichapi Wichasa), quién pronunció las palabras de bienvenida. Sentado sobre la hierba, escuché con toda mi atención para poder reproducirlas y compartirlas con todos vosotros:

"Ya que nuestros líderes mundiales, tanto de gobiernos como de grandes multinacionales, parecen haber olvidado los verdaderos valores, nos corresponde a nosotros recordárselos con nuestra práctica cotidiana: Honestidad, Generosidad, Respeto y Conocimiento son estos valores que pueden conducirnos por el sendero del crecimiento...


Aho Mitakuye Oyasin! "
(por todas mis relaciones)

La siguiente actividad era mi "Clase" de Arquería. Todavía emocionado, me dirigí como flotando en una nube hasta el rincón del bosque cercano en el que había dispuesto la Red y todo el equipo de Soft. Por seguridad, había estimado no realizar la actividad en pleno campamento, sino apartarme unos metros y además buscar el cobijo de la sombra de los grandes alcornoques y pinos. La soleada tarde era calurosa, no en vano estábamos en pleno solsticio de verano.


Mi "Tanqueta" esperaba paciente, engalanada con su manta de fiesta. Sobre ella había dispuesto el equipo "indígena" de un arquero intemporal. Mi Arco Taga (1997), varias Flechas Primitivas con punta de sílex, vástago de viburno y plumas de torcaz; mi nuevo carcaj con algunas de mis Halconas y la funda de arco de serraje y piel, y unos colgantes de piedras semipreciosas en forma de luna. Mi cuchillo de trabajo en cuero y su funda con escudo de Lobo también estaban presentes.

Eran más de 25 personas las que se encontraban alrededor. No había previsto tal cantidad de gente interesada y solo tenía 3 arcos de Soft. Pero comencé mi presentación y las preguntas inquietas de Nebari -uno de los niños- y las de otros asistentes fueron dando forma improvisada al acto.

Un tiempo y muchas palabras después, organicé las líneas de arqueros y comenzaron a volar las Flechas. Uno tras otro comenzaron con una flecha a ciegas, de pura sensación interior. Después, el objetivo que formaba un círculo trenzado de Avena silvestre fué el lugar hacia el que una y otra vez volaron las flechas con sus puntas de goma blanda.



Transcurría la tarde sin horas ni relojes. La brisa acariciaba los cabellos y plumas al viento. Aquellos que daban por terminada su sesión, retornaban libremente al Campamento. Otros se quedaron hasta que finalmente la actividad se fué apagando por sí misma como la hoguera en la noche. Aún quedaron preciosos momentos compartidos y más preguntas... Llegaron miradas intensas, abrazos sinceros, más preguntas...gracias y elogios. Me sentí feliz y absolutamente satisfecho...


Incluso los sueños más imposibles pueden convertirse en Realidad.

* * * * *
A Pepe, Adonay, Ines, Kilian, Claudia, Nebari, Carlos, Merche y sus hijas, y a todos cuyos nombres no recuerdo: GRACIAS!

A la gente de TIPIWAKAN (Victoria y Samuel)... GRACIAS!

jueves, 20 de junio de 2013

Preparando el Pow Wow


He estado preparando mi visita al campamento de Tipis en el que haré una clase de Arquería y expondré algunos elementos Arte-Sanos. Para mí se trata de una especie de Pow Wow... y claro, a un Pow Wow un indígena que se precie asistirá con sus mejores galas. De Arcos y Flechas estaba completamente servido, ya saben ustedes... Pero algo dentro de mí me motivó a cumplir un reto pendiente desde hace muchos años: hacer un carcaj de espalda y una funda de arco.


A Fabian, que me enseñaste lo poco que sé sobre el cuero antes que la Vida te llevase.


Una vez conseguida la piel a precio de oro y ubicados el resto de elementos necesarios, me encontré en el refugio de la Montaña que tiene a la Ciudad rodeada con toda la sala ocupada por cachivaches. La desorganización era absoluta porque de hecho no había absolutamente nada planificado. Puse música -adivinen cuál- y simplemente comencé a dejarme llevar por el Cuero y mis escasas herramientas. Sentía algo de miedo por momentos, miedo a equivocarme, a haber invertido un dinero que escasea para nada..., pero entonces el Coraje abrió la puerta... y el miedo ya se había ido.




Mentiría si dijese que sabía perfectamente lo que hacían mis manos. Varias veces tuve que desmontar lo montado y descoser lo cosido. Eso sí, como buen indígena que valora cada gramo de arena, conseguí no desperdiciar apenas unos centímetros de cuero, serraje e hilo. Poco a poco los pasos fueron tomando forma tangible, y yo sentía como resolvía un "algo" que había permanecido latente muchos años en mi interior. En realidad nunca me había atrevido a hacer algo tan complicado, solo un par de carcajs de cintura y mi funda de tejano reciclado que me acompaña desde los noventa... y otras pequeñas cosas que sigo haciendo de tanto en tanto...

Pero aquí estaba... desde el mundo de los sueños.



Es desde el kaos que se llega al orden momentáneo. Desde la ausencia de conocimiento se llega a un estado puntual de conocimiento pasajero. Desde la pura intuición, al igual que cuando dejas volar tus flechas, el Camino se va abriendo y entonces... todo fluye. Casi siempre hay que corregir algún error, pero eso es precisamente el Aprendizaje y el Crecimiento.


Al son de la música las puntadas dan forma al cuero.

Mis pensamientos dejan de estar
 más allá de lo que tengo inmediatamente Aquí y Ahora.

Y cuando todo acaba me siento Feliz, y algo más sabio
porque he aprendido.

Ya veo los Tipis pintados que me esperan...
y saludo al pueblo.

Speakbow


lunes, 27 de mayo de 2013

A una Flecha


Crónica de una jornada en família realizando el segundo recorrido de la temporada, concretamente el  del Club Arquers Vall-Llobera. Técnico y exigente, físicamente potente por sus desniveles y magníficamente planteado con algunos tiros de puro vértigo. El Bosque por el que discurre es, simplemente,  mágico y maravilloso.

Aunque llueve ligeramente, hemos tomado la acertada decisión de arriesgarnos y dirigirnos a Vall-Llobera para pasar el domingo. El pequeño, mi compañera (que ha hecho las fotos y vídeos) y yo mismo, hemos realizado por primera vez el recorrido completo que transcurre en este Bosque frondoso.  Para ello, hoy he llevado a "Ojoblanco" en lugar de a mi amada "Verna". Creo que el motivo inconsciente de tal decisión ha sido el buscar la seguridad de mi Arco Desnudo, con la precisión que me brinda este magnífico recurvado frente a la Long Bow, algo más imprecisa.

Me he planteado hacer el recorrido a una sola flecha por diana, lo que añadía un tanto de sal y pimienta al asunto: Recorrido desconocido, dianas desconocidas, distancias desconocidas y solo un intento. De vértigo. Solo en un par de dianas que no he tocado con mi primera flecha he probado una segunda. He tocado "corazones" y "zonas vitales", algunos cuellos y  varios jamones..."en la imperfección reside la belleza", afirma un dicho Sioux.


Me ha encantado especialmente el tiro largo sobre el enorme Bisonte, quizás por lo ancestral de semejante encuentro, una total y absoluta sorpresa, en el claro del Bosque. Pero no han sido peores los del esquivo corzo de esbelta figura, el glotón de espaldas, el ciervo tumbado en un tiro vertiginoso de arriba hacia abajo, el íbice emboscado en la vaguada -una de las dos figuras que no hemos tocado- en el que una de mis halconas se ha despuntado al impactar contra un Roble. (Ya... lo sé,  no debería haber mirado al árbol, debería haber prescindido de su presencia). También me ha esquivado el Búho, que se intuía entre la sinuosa curva que formaba el tronco de otro roble ajustadísimo en la trayectoria. Los dos castores de la primera diana doble también han despuntado a una de mis halconas. En esta ocasión, la punta ha impactado contra la varilla central metálica que sostiene la figura de la izquierda, cosas que pasan... La segunda flecha, como para compensar y como buena compañera de carcaj, ha hecho un pleno en el otro roedor.

Como es habitual en mí... no he contado los puntos, pero he vivido al máximo las sensaciones. Soy consciente que muchas de mis sueltas hoy, confirmado tras visionar los vídeos que ha grabado mi compañera, han pecado de precipitación, de inseguridad, de un cierto miedo que ya venía "instalado" desde casa, de un exceso de consciencia y de la falta de un "fluir" que es tan necesario en este Arte...


Pero hemos disfrutado tanto del Bosque... y de las luces de fuego celeste atravesando las hojas nuevas de los robles.  Sobretodo ha destacado la energía positiva del pequeño, que hacía la función de guía de la patrulla y nos llevaba de una a otra diana buscando el camino, avanzando decidido y contento por los senderos, soltando flecha tras flecha sin desfallecer pese a los errores, superándose por momentos y alcanzando finalmente tantos corazones como yo mismo...dándonos una lección de personalidad y actitud ante la vida. Hemos disfrutado tanto de sus flechas y sonrisas cargadas de felicidad y alegría...!!

El mundo del Arco: tanto que aprender todavía. Tantos años después... y de nuevo en el comienzo.







lunes, 13 de mayo de 2013

Arcos y Robles


Una iniciación básica de Arco de Bosque para un grupo de 16 personas de edades muy diferentes... de 6 a 54 años...


En cierto modo he regresado a mi orígen. A través del parabrisas he saludado en la distancia a los Pirineos todavía nevados, las Montañas en las que construí mi primer Arco durante un ejercicio de supervivencia deportiva en solitario. Mientras la caravana de vehículos se acercaba al destino, también he sentido la proximidad de la casa de colonias de Vilanova de Sau en la que me inicié en la enseñanza del tiro con arco, allá por 1995...

Txevi, el responsable de monitores, llegaba con su lista: son 32, esta vez de 13-14 años...estará todo listo Juanto? -me decía. Estará todo listo Txevi -respondía yo casi siempre. Apenas marchaba un grupo y ya llegaba el siguiente. Así fué cada día, cada semana, cada mes... durante todo un año, mañana y tarde.

Llegar hoy con el gran grupo de niños y adultos que me siguen - famílias completas- a las instalaciones de Vall-Llobera tiene un significado muy especial para mí: en cierta forma es un renacer, un nuevo comienzo, tras varios años de actividades en el foso del Castillo de Montjuic, un espacio mucho más limitado en ciertos aspectos.


Mientras preparo la sesión me alegro de no haber malvendido el material de enseñanza cuando las circunstancias me apretaron fuerte. Uno a uno, monto las cuerdas y mis Arcos despiertan. Los frondosos Robles los acogen a la sombra de sus verdes hojas, nuevas, oscilantes, contentas, mecidas por la suave brisa que sopla en las tierras ausetanas. Me siento como en mi propia casa.

La actividad se desarrolla de una forma fluidamente improvisada. Me adapto a la realidad concreta, a las múltiples preguntas, al interés y las necesidades de cada uno de los asistentes. Me dejo llevar por un saber hacer desarrollado a lo largo de los años, perfeccionado con cada una de las experiencias y por supuesto siempre mejorable. Formo dos líneas de tiro, combinando edades, lateralidades y fuerzas. Ajusto armoniosamente sus equipos en consonancia. Repaso los detalles y normas de seguridad primordiales y subimos a la zona de calentamiento entre animados comentarios. En unos minutos ya vuelan las primeras flechas -siempre tan especiales- arrancando sonrisas, destellos de luz en las miradas y profundos sentimientos de alegría y satisfacción.


Poco a poco voy "soltando cuerda" al tiempo que los nuevos iniciados son más autónomos y se sienten más seguros. Ayudo a quien más lo necesita y halago cada pequeño logro de los que avanzan. Una vez familiarizados con sus Arcos y Flechas, sintonizados, nos dirigimos al recorrido de figuras 3D de iniciación. Allí comienza entonces el gran juego de la caza simulada...

Una tras otra, las flechas de la Tribu vuelan hacia las dianas, despertando sensaciones largo tiempo dormidas en los arqueros. El Sol brilla fuerte, los cúmulos de tormenta crecen lejos, sobre el Montseny que se vislumbra en el Horizonte. Canta el cuco, armonizando su melodía con el vaivén de las sueltas una y otra vez repetidas...


Cuando todo acaba me quedo solo en el campo unos minutos. Escucho al Bosque. Doy las Gracias. Vuela un pensamiento que se pierde en la frondosa maraña para siempre. Mis Arcos y los Robles vuelven a ser hermanos. Los primeros acercarán a las personas a los segundos, los segundos les cantarán las canciones de los ancestros para que recuerden...


Gracias Grupo de la Muntanyeta.

domingo, 5 de mayo de 2013

Caminos diferentes


El Camino del Arco es diferente para cada una de las personas que entra en él. Tantos años después, me sorprende a mí mismo cada vez más. Cuando creo estar lejos de él, apartado, son mis propios pasos sin conciencia los que me llevan a un Bosque solitario. Entonces vuelvo a escuchar el susurro de los árboles en el silencio, y casi sin intención, sin darme cuenta,  todo comienza de nuevo.

Sigo unas etapas aprendidas sin escuela. Un proceder que el mismo Bosque va guiando. Aparece primero un palo recto y suficientemente largo de un determinado tipo de árbol, flexible, resistente. No es una casualidad. Lo tomo en mis manos y sigo caminando. Aparecen después unas plumas de una gran voladora;  las tomo en mis manos y sigo caminando. Aparecen las heridas de un gran Pino que chorrean su resina seca a través de la corteza. Guardo las gotas endurecidas en mi bolsillo y sigo caminando. Por último aparece un grupo de varas de cierto arbusto... Y entonces, cuando me siento completo, aparece un lugar acogedor y me siento en el  mullido suelo tapizado de hojas al trasluz de los rayos del sol de la tarde. El Bosque ha hablado sin palabras.



Comienzo un trabajo rápido y sencillo, sin máquinas, sin cálculos, absolutamente intuitivo. Mis manos funcionan solas, sin una mente que piensa. Los diferentes pasos están integrados en una canción que suena desde el interior de mí mismo al tiempo que escucho como cantan los pájaros del Bosque, quizás en sintonía. Levanto mi mirada y veo que me observan desde sus atalayas, desde sus fugaces vuelos rasantes, con sus ojillos negros y profundos.

Cuando finalizo, me encuentro de nuevo con un Arco, la Flecha y un arquero que nació cuando era un joven adolescente. Me encuentro de nuevo con un nómada de los Bosques y Montañas que comienza otra vez una caza.

Al retomar mi Camino encuentro unas huellas. Pertenecen sin duda alguna a una especie que siempre me sorprende. Sigo el sendero, me desvío, tal y como hizo el ser que me precede...entro silenciosamente en un claro del bosque en el que parece no haber nada... Y mis ojos encuentran por fin a la presa... me preparo.


Agazapado entre las luces y sombras de los verdes robles que echan sus hojas nuevas, siento la tensión de la cuerda, el contacto de mi índice en la comisura de los labios. Siento la tensión desde la espalda, la mano que empuja el arco hacia delante... mis ojos que vuelan primero hasta un punto exacto y vital de la presa.

Y entonces... suelto, y vuela ondulante la primitiva flecha.

Y da en el Blanco. Un blanco que no debería estar donde se encuentra.



Sigo creciendo en mi propio Camino del Arco.


miércoles, 10 de abril de 2013

Punta de Corazón


Actividad de Bushcrafting y Arquería. Fabrico una punta de hierro a partir de unos trozos de metal oxidado. Después, evidentemente, hago la prueba de vuelo.


Paseamos de nuevo por las inmediaciones de la Cabaña de los Pájaros. Atardece. Cae una fina llovizna sobre nosotros. Llegamos hasta una casa abandonada en ruinas que hace mucho tiempo alguien habitó. Con suma precaución entramos para comprobar que el techo se ha desplomado casi en su totalidad. No es un lugar seguro, así que la visita hay que terminarla rápidamente. Sin embargo llaman mi atención un grupo de placas metálicas antiguas y super oxidadas que yacen justo a los escombros. Tomo una en mis manos... esto podría ser un buen regalo.

Llegados a la Cabaña enciendo el fuego para preparar una cena campestre. Miro y remiro el trozo de Hierro. Baila en mis manos... el corazón se agita. Y si pruebo?


Crepitan los troncos que arden. Las llamas naranjas danzan frenéticas. Yo acabo de encontrar que mi navaja no es un elemento suficiente para lo que quiero hacer. Busco en el cobertizo y encuentro una pequeña lima. Ahora si. Comienzo el trabajo. El primer paso es convertir la placa de hierro oxidado en un material más limpio y manipulable. Imagina tú mismo cuáles son los primeros pasos...

El Sol se va despidiendo y el Pica-pinos acompaña mi trabajo con su repiquetear en los troncos de los árboles muertos de la ribera cercana. Tras haber partido con ciertas dificultades la placa de metal, buscando lograr una forma aproximada a la idea que tengo en mente, ahora limo y limo sin hacer caso a ese pensamiento que me dice: "déjalo, es imposible"



Una hora después he fabricado una punta preciosa. La monto sobre una de mis Halconas "ciegas" -sin punta- y miro hacia el parapeto que ya está en sombras... Son 15 metros, penumbra, unos 90cm de lado...

Soy consciente que puede ocurrir que la punta se parta, así que la miro desde los últimos rayos del Sol que se marcha implacable. La miro como a un amigo al que posiblemente no pueda volver a encontrarme... Mi corazón late deprisa y siento un nudo extraño en el estómago. Encajo el culatín en la cuerda de "OjoBlanco". Dejo de pensar. Respiro. Procuro salir de mí mismo. Veo el blanco, fijo la mirada en el punto exacto, siento ese canal que se abre...


El vuelo ha sido perfecto, recto, implacable. Observo ensimismado como la Punta Corazón se ha abierto paso sin problemas, cómo ha resistido el impacto... Cuando normalmente las flechas con punta de entrenamiento sobresalen dos pulgadas, esta vez la nueva flecha sobresale 3 veces más. La desmonto y la guardo en una bolsita de cuero. Soy consciente que este tipo de flecha en este país requiere de una licencia de caza y armas diferente a la que tengo como Arquero.

Es ahora cuando pienso en los grains, el FOC... todo aquello que no he tenido en cuenta. Por eso se llama Punta Corazón. Porque es de dónde ha surgido. Surge la Luna. Las brasas están listas para preparar la Cena.

lunes, 11 de marzo de 2013

Tras los pasos del Corzo


Nos dirigimos como la pequeña tribu que somos a explorar los territorios de la Cabaña de los Pájaros. De nuevo la primavera se acerca, y por tanto el tiempo de realizar escapadas al refugio de verano. Caminamos los Bosques una buena parte de la tarde, rastreando. Por aquí andan el jabalí, el zorro, la gineta, la liebre, la ardilla... No encontramos rastro alguno del Corzo, aunque sabemos que ahora hay algunos en la zona.


Tras el rastreo, llega el momento de soltar mis Halconas al vuelo. Verna y yo jugamos sin pausa, lanzando a las alegres voladoras contra el parapeto, que ondea oscilando al Viento de la marinada que sopla como todas las tardes... es un blanco en movimiento.


Y así paso el tiempo hasta que la noche oscura sin luna difumina la diana que desaparece en la oscuridad absoluta, cuando incluso encajar el culatín en una cuerda sin nock ni marcas resulta complicado aún guiándome casi exclusivamente por el tacto. Las flechas vuelan ahora hacia la oscuridad profunda e impenetrable arropadas por el brillo de alguna estrella en el cielo del ocaso.  Y en la última de ellas siento esa mirada: la que se va con la flecha hasta tocar el pequeño punto blanco. Un acierto total, un pleno...en plena noche. Y entonces pienso de nuevo en el Corzo: mañana será otro día, una nueva oportunidad de encontrarlo por difícil que sea.

Utilizo una linterna frontal para hacer la foto... sin ella no habría imagen! :)

Pasó la Noche. Ya amanece. El Sol se levanta cansino entre los trinos coloridos de los amigos alados que saludan al día. Nos dirigimos a las carenas de la sierra para poder otear desde el altozano como hace el hermano Lobo... quizás así haya más suerte...cambiando de estrategia, ampliando horizontes...

 Ya no nos acompañan Verna y las Halconas, no tienen ningún cometido en "nuestra caza"... Nuestro equipamiento es sencillo: tan sólo unos prismáticos y mi cámara. Nos movemos lentamente y en silencio. Escudriñamos paso a paso las huellas y rastros... seguimos el paso del animal que se nos resiste. Somos testigos del vuelo de las nubes que llegan desde los Pirineos, del azul intenso del cielo, del viento que hoy es más fuerte y nos arroja rachas impetuosas...de los verdes de las praderas, el gris de las rocas de arenisca y los marrones del bosque mediterráneo, de los cantos de los carboneros, el graznido del cuervo que nos sobrevuela... completamente inmersos en la Naturaleza.


Por un momento mi compañera dice haber visto a dos de ellos. Pero yo no he conseguido verlos. Al llegar a su posición los tímidos herbivoros ya se habían escondido en la espesura de un bosquecillo. Pequeño tampoco los ha visto, él andaba jugando con las piedras y las ramas de los árboles. Se va haciendo tarde... decidimos marcharnos. Deshacemos nuestros pasos y montamos en el coche. Pisteamos sin prisa... mis ojos escudriñan todavía cada rincón entre los árboles...no pierdo la esperanza y siento esa mirada...

 Y de repente...


El hermano Corzo cruza velozmente a grandes saltos la pista!!...Reímos y celebramos, nuestras sonrisas se desencajan... nuestros ojos brillan y los corazones rebosan felicidad!...Están aquí ...y están vivos!!!

Tan solo esperamos que así continúen mucho tiempo. Sin que nadie les arrebate la Vida.

miércoles, 23 de enero de 2013

Juegos de Invierno


Siento una llamada. No puedo negarme a responder... Lo dejo todo -porque todo puede esperar-  y corro a fundirme en los Bosques recién Nevados.

Me dejo llevar por la intuición, escuchando en la brisa de la mañana el Camino que siguen mis pasos. Y encuentro un lugar. Un lugar me ha encontrado.


Monto a Ojo Blanco en un minuto de paz y silencio absoluto. Le acompaña una de mis Halconas Ciegas. Mi Diana es una suave tela de color pistacho que ondea sinuosamente.

Creo que me sonríen...


Hay tanto silencio que el crujir de la nieve bajo mis pies parece una orquesta. Así que intento ser tan respetuoso con el silencio como puedo; me muevo como los ancestros, siendo solo una sombra... ligera, flotante...

Me fundo en los rincones sombríos junto a los troncos nevados de norte... 


Pruebo ángulos, posiciones, acecho, rececho, oscilo, arriba, abajo, ... respiro, enfoco, soy, siento, suelto, vuelo un momento, despierto.

Y ni tan siquiera rompo el Silencio del Bosque Blanco callado.


Y una vez satisfecha la llamada, satisfechos todos: yo, Ojo Blanco, el Bosque Nevado y mi Halcona ciega... resguardo mi cuerpo del aire helado.

Sentado sobre la nieve preparo una crema caliente que humea hacia el cielo. El Calor reconforta el cuerpo. El silencio reconforta el espíritu.

Y permanezco allí largo rato, siendo una parte más del lugar que me llamaba.

*****


Nota: Actividad realizada por especialista en zona asegurada dentro de propiedad particular. Flecha de "soft" con punta blanda.

sábado, 5 de enero de 2013

Cazar de Mentira


Hoy realizo un Recorrido de Arco de Bosque 3D. El lugar escogido es el Cámping Pardines (Girona). Es aquí donde el Club Arquers Vall-Fosca tiene su zona de entrenamiento y donde además se han disputado competiciones nacionales. Un entorno magnífico en las Montañas del Ripollés. Un recorrido de 20 dianas que alterna prados con bosques cerrados de abedules y hayas. Bien señalizado y seguro. Con una buena alternancia de tiros diversos y animales variados en forma, tamaño y posición. Sin complicaciones de ningún tipo para la progresión. Un paseo agradable.


Llegamos al Càmping Pardines a medio día. Son las 12. Hace frío. Se ven algunos restos de nieve, pero muy poca cosa. Ni siquiera la cima del Puigmal, que preside el panorama, está completamente cubierta. Entramos a hablar con Pere, el responsable del cámping y presidente del C.A. Vall Fosca. Tras una presentación y una charla, nos permite muy amablemente dar una vuelta por el circuito 3D. El objetivo es hacer fotos, estudiar el recorrido y soltar algunas flechas...pocas.


El pequeño andurrea como loco delante mío arco en mano. Encuentra la primera diana. Mi compañera va detrás. Ella hará hoy la mayoría de las fotos...

- Es un zorrito!!! Menos mal que no está vivo... verdad? -ya se dispone a sacar una flecha del carcaj que lleva en su espalda... - a ver si le doy...
- Pequeño, solo puedes tirar dos flechas a cada diana. Debes buscar la piqueta azul que es el puesto de tiro, y alguna parte de tu cuerpo debería tocarla mientras sueltas tu flecha. Pero como tú eres un niño, podrás adelantarte unos pasos...- Pere me ha avisado que solo hay una piqueta en cada puesto.

Quería explicarle que en 3D hay 3 puntuaciones: tocado, zona vital, y zona vital interior. Y que cada una vale unos puntos y bla bla bla... Pero ya es tarde. Han volado sus dos primera flechas. El zorro era diminuto, y no lo ha tocado por los pelos.

- Le tiro otra! -dice...
- No. Ya verás, a la próxima diana piénsalo un poco más y no te embales...entonces seguro que la tocas...esta ya ha pasado... te parece?
- si... vale. -no está muy convencido del por qué.

Así vamos valorando dianas. Ni por un instante él se plantea las distancias ni los puntos...solo juega. Quiere tocarlas, pero solo juega, y disfruta. Y esa es una buena base para aprender. Yo por mi parte me sorprendo con sensaciones diferentes a cuando "entreno" en el bosque de la Cabaña de los Pájaros. Me resulta extraño tener reglas, pero el entorno y las sensaciones compensan, y sobretodo me sorprende encontrarme con lo que aparece al ritmo de mis pasos: ahora un zorro, luego un pecari, después un reno, un tejón...Con las posiciones que debería adoptar, con el SOl que me deslumbra, con las distancias desconocidas, con los ángulos variados, la estimulación está servida. Cuando suelto flechas siempre suelo ser absolutamente intuitivo. Hoy muchas de mis flechas son simplemente mentales, ni siquiera vuelan. Las imagino.


Le probamos a una cabra (?) tumbada. Es un tiro de arriba hacia abajo. Largo... complicadillo por unos arbustos que se entrelazan con la trayectoria. Pequeño se queda corto. Yo, algo alto. Solo soltamos una flecha: "como en las competiciones internacionales", le digo. Al recoger valoramos los por qués de donde han acabado las voladoras... El pequeño asiente, y yo aprendo igual que él. Continuamos el paseo ahora ya por una zona más húmeda, sombreada. Es un bosque de hayas y abedules. El suelo cruje por la capa de hielo que amasa la hojarasca otoñal. Un Glotón nos sale al paso.

- Y qué es un glotón? ...
- Bueno, es un mustélido pero de gran tamaño. Vive normalmente en bosques muy fríos. Aquí no hay.
- Ya... pecaris tampoco, los pecaris son del Amazonas. Son de la família de los jabalíes...
- si...
- Habrá un jabalí???
- mmm...no sé... Si hay un jabali a ese si que le tiramos en serio...vale?
- nos chocamos las manos con una sonrisa de total complicidad.

Volvemos al Glotón. Le buscamos el ángulo. Le soltamos un par de flechas juntos. Observo por el rabillo del ojo que levanta más de la cuenta el codo, que el anclaje no es estable que.... que se está divirtiendo de lo lindo y que ríe y disfruta las sensaciones. Bien. Esa es la base.


Todo son preguntas. Yo le voy explicando. Vamos encontrando piquetas, animales y situaciones que debemos resolver. También debemos buscar alguna flecha que no toca el blanco. Debemos encontrar y seguir las marcas azules y las flechas indicadoras. Disfrutamos los rayos del Sol que atraviesan la maraña de ramas. El canto de los Herrerillos y el graznido de los Arrendajos. Distinguimos Ratoneros que nos sobrevuelan. Escuchamos el lejano repiqueteo del Picapinos.

Y entonces aparece el jabalí. Enorme. Oscuro, casi negro... con unos colmillos amenazadores que sobresalen de su hocico... Está lejos. Nos guiñamos el ojo. Como él le va a tirar de más cerca, tiro yo primero desde la piqueta. Este tiro si que es un recuerdo ancestral, siento el corazón a tope... una... dos... No gasto ni 20 segundos del minuto que en teoría dispongo. El pequeño se adelanta y también le suelta con ganas... una, dos...


Recogemos las flechas. Comentamos la jugada con una sonrisa dibujada en la mirada. Ya vemos el final. Saltamos las últimas dianas...

- no... a un búho no le tiro papá. Si fuera un lobo tampoco... y tu?
- tampoco. A esos no les tiraría ...
- Bueno... a ningún animal vivo tenemos que tirarles! si no es en defensa propia o por necesidad... -me deja perplejo con frecuencia, me voy acostumbrando a sus sabios razonamientos.
- Si...estoy de acuerdo...

Salimos del campo. Nos dirigimos al restaurante del cámping. El calor de la chimenea de leña nos acoge. La amabilidad de Pere y su gente nos arropa. Una comida sencilla pero jugosa nos repone. 

- Ha sido un buen día. - digo removiendo el café final.
- Sí. Ha sido como cazar de mentira... -sentencia el pequeño.

Verna y las Halconas me sonríen desde la pared en la que reposan.



Actividades de Iniciación al Arco de Bosque en diversos puntos de Catalunya. Juanto Fernández. 
Tf. 669 999 212.